En los últimos años, cada vez que hay incidentes en una cancha responden
a la división de bienes que los clubes le ofrecen a sus hinchadas.
Ayer, según Grabbia, una fracción de la 12 se quedó disconforme porque
le quitaron el laburo de trapitos en la cancha. Además, Berni le quitó a
la 12 una bandera enorme pagada por el bolsillo de Carlos Tevez. Por
eso la interrupción del partido. Hasta ahí, parecía que era solo un
hecho criminal a los que estamos acostumbrados. Hasta que los
jugadores de Boca se negaron a ayudar a salir a los de River,
lastimados, maltratados. La imagen es clara: el Vasco pidiéndole ayuda
al Cata y a Orión para que acompañen a los de River y les permitan
salir. El Cata se niega, el Vasco se desespera y pone el pecho. Se queda
en la puerta de la manga hasta que sale el último integrante del
plantel de River. Después, Orión reune a sus compañeros y alzan los
brazos para saludar a la 12. Hasta ese momento pensé que el segundo
tiempo se tenía que jugar a cancha cerrada. Pero ahí, ante el chiquitaje
y la corrupción de los jugadores, me convencí de que tienen que darles
los puntos a River. Nada de jugar el partido. Los jugadores de Boca
hicieron lo posible para proteger a la 12 y nada de nada para
solidarizarse con sus compañeros de profesión. Por lo tanto, no es que
no tengan nada que ver.
Un desastre todo: el pesto que nos pegó
RIver en el primer tiempo, la reacción de la gente, de los jugadores, de
Angelici (escondido en el tunel.... porque, ¿con qué autoridad va a
cuestionar a la 12 si él mismo les entrega los negocios y les pide que
retiren cada bandera de Riquelme que aparece?). Estoy amargado, pero
firme en mis convicciones: Riquelme fue el único que los enfrentó.
Palermo, el correcto, siempre les pasó guita e incluso los visitaba en
la cárcel. Tevez también, Maradona... En fin, como bostero, le pido
disculpas a los de River y pido que suspendan nuestra cancha y nos
quiten los puntos del partido de ayer. Y la cabeza de Orión y Angelici,
claro está.
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