Se terminó la payasada de Armando Pérez convocando a toda
clase de técnicos para “charlar”, conocer proyectos y engañar a la opinión
pública: desde que se fue Martino, el elegido por todos era el Cholo Simeone,
no sólo por sus logros como DT en Argentina y Europa, sino porque, a mi
entender, fue el último tipo que, antes de Mascherano, conmovía cuando se ponía
la camiseta de Argentina con su entrega, liderazgo e incluso sus limitaciones.
Pero parece que el Cholo no quiso renunciar a su escalada en el fútbol mundial,
o no se sintió capaz de enfrentar a este grupo exquisito de jugadores que se
cargaron varios técnicos en pocos años, o porque no quiso exponerse en ese
clima de “2001 futbolístico” que sufre la AFA.
Desde el primer momento, dije que quería que el técnico
fuera Bauza, a quién muchos acusan de defensivo (como si los equipos de Simeone
fueran el Brasil del 70 u Holanda del 74), de conservador, de ser un DT con
poco vuelo. Y es que desde Bielsa a esta parte el discurso futbolístico cambió rotundamente
tanto en Europa como en América Latina. Se impuso la idea de que cualquier
equipo puede/debe correr los 90 minutos para mostrar buen fútbol.
Si alguien se toma el trabajo de ver los partidos viejos del
Barça de Guardiola, verá que Xavi (el crack) corría poco, que Iniesta aceleraba
de vez en cuando… que no eran robots automatizados como pretendía el bleff de
Bielsa (vengan de a uno). El Barça de Guardiola fue el mejor equipo que se vi
en el último tiempo, apenas opacado por el Boca de Russo que se paseó por la
Libertadores 2007 (vengan de uno 2).
Pero el Barça sufrió muchos años de sequía hasta que comenzó
a trabajar desde la base, a aplicar en todas las categorías el mismo sistema de
juego, facilitándoles el debut a los pibes, que, cuando llegaban a primera, el
técnico les pedía que hicieran lo mismo que habían hecho en inferiores.
El tema es que cuando un técnico llega a un club y plantea
un sistema de juego alocado/innovador/distinto, nunca tiene tiempo para
desarrollarlo porque esa idea es interpretada por jugadores que, por más que se
esfuercen en reproducir eso, hablan otro idioma. El sistema fracasa los
primeros 10 partidos y el técnico se va, dejando una estela de humo a sus
espaldas. El mejor caso es el de Guede. Y si es difícil hacer eso en un club
donde el cuerpo técnico trabaja diariamente con los jugadores, lograrlo en una
selección, donde los jugadores llegan, juegan, se van, es casi imposible.
Dicho esto, viene la opinión: detesto a los filósofos del
fútbol, a los poetas de la humareda. Pero, sobre todo, detesto el fútbol de atletas, algo que se
ve mucho en los últimos tiempos y que se alaba desde que Bielsa estuvo en la
selección: jugadores veloces que corren y corren sin saber a dónde van, que no
paran la pelota, que no buscan hacer lo que pide el partido, que no lo enfrían
cuando hay que hacerlo, que no lo encienden cuando deberían. Di María es un
gran jugador, pero representa ese estilo de juego que, para ser exitoso,
debería jugarse en canchas de 500 metros de largo. Hace años que no veo un
jugador que pare la pelota, levante la cabeza y tome la mejor decisión que
necesita el equipo. Porque, no jodamos, el sacrificio no es pegar o correr 90
minutos: el sacrificio es pedir la pelota, dar la cara por los compañeros, aguantar
las patadas, pensar por los otros y hacerlos jugar para ganar un partido. El
fútbol antes era otra cosa, ok, lo acepto. Me declaro viudo del 4-3-1-2. Cambiaron
los tiempos, pero seguimos nadando en la nada y, en la pared de mi estudio, el
póster de Román cada vez es más grande (vengan de a uno 3). Se busca movilidad,
ida y vuelta, pero los jugadores de la Selección sólo dan vueltas como trompos,
sin saber qué hacer o queriendo hacer todo ellos solos, sin el equipo. En mi
humilde opinión, Bielsa nos cagó la vida. Por más que todos lo encumbren, por
más que sea endiosado, el mejor jugador de un equipo nunca puede ser el
técnico.
Por eso, celebro la llegada del Patón Bauza a la Selección,
un tipo que tiene la difícil misión de reestructurar un equipo golpeado que
hace varios años no sabe a qué juega. Que tiene los mejores jugadores del mundo
a nivel clubes, pero que, cuando se juntan, no logran producir algo bueno
(metáfora de nuestra sociedad). Y no digo que les falten ganas. Al contrario:
vienen, se exponen, algunos incluso se pagan los viajes, acuerdan premios con
la AFA que son irrisorios comparados con los sueldos que cobran… pero llevan
años de confusión futbolística.
En eso, creo que Bauza va a ser fundamental para ellos.
Porque es un tipo que va a poner el inodoro en el baño y el microondas en la
cocina. Algo que se menosprecia desde la humareda, pero que nos va a dar la
tranquilidad de saber que los defensores defienden, los mediocampistas quitan y
distribuyen y los delanteros atacan. Pero, sobre todo, algo que le va a quitar
presión al pobre de Messi, que a pesar de dejar todo y poner la cara para que
lo cacheteen una y otra vez, nunca tuvo un equipo que se dedique a jugar y lo
deje tranquilo, que no lo sobre exija obligándolo a patear el centro y
cabecear. Porque creo que a Messi no hay que preguntarle nada, hay que dejarlo
descansar, y concentrar las fuerzas en formar un equipo serio en serio, y, sólo
entonces, decirle: “Che, Leo, nos falta uno, ¿venís?”.
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