Alejandro Parisi

Alejandro Parisi

miércoles, 8 de febrero de 2017

In memoriam.



Que la vida es triste, por las ausencias y las pérdidas, no es un metáfora para Giuseppina, la protagonista de Su rostro en el tiempo.

Y casualmente, el autor del libro, el hijo de mi madre, hoy también tiene motivos para estar cabizbajo. Falleció una de las personas que más me alentó a escribir, que leyó los borradores de mi primera novela, que brindó conmigo cuando los derechos cinematográficos de Delivery se vendieron en Barcelona y puteó (era una gran puteadora) cuando no la filmaron.

Pero también fue la persona que, cuando leyó las hojas A4 con los primeros capítulos de mi novela trágica siciliana, me dijo: es hermosa, en parte exagerando, en parte con sinceridad. Hasta que ella dijo eso, no me había tomado en serio, o mejor dicho, no había tenido el valor de reconocer que quería meterme y terminar esa novela que tanto significa para mí.

Giuseppina vio la luz hace un año. Y hace unos días, ella, la defensora de Giuseppina, se fue. Para ella, la fidelidad de siempre y un gracias enorme, si es que tiene ganas de escucharlo donde esté ahora, tomando una copa de vino tinto (nunca cerveza).




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