Una vez, un conocido me dijo que él nunca tenía que agradecerle nada a nadie en ningún libro. Yo, en cambio, sé que para poder disfrutar el placer de la escritura es necesaria la ayuda de mucha gente. Por eso hoy, que la novela ya está comenzando a ser distribuida y puedo mostrar la tapa, quiero eso: agradecer.
En primer lugar, a dos que me hacen correr con ventaja: a Hanka, porque me ofreció una historia maravillosa que escribir, y a Juan Pablo Cambariere, por la hermosa tapa que diseñó. Pero hay más gente a la cual agradecerle. Y es el momento de hacerlo.
Agradecimientos
A Hanka Dziubas
de Grzmot, por su confianza, por su generosidad, pero sobre todo por permitirme
acompañarla en la búsqueda de la pequeña Hanka, esa niña que ella no pudo ser y
que juntos reconstruimos a lo largo de un año.
A Hinde Pomeraniec,
por pensar en mí cuando escuchó la historia de Hanka.
A Dante Parisi
Rapoport, mi hijo, que me explicó por qué debían ser ardillas voladoras y no
otros animales. A Graciela
Jinich, siempre tan generosa conmigo.
A Marcelo
Feiguin, testigo privilegiado e informante clave del viaje de Hanka a Polonia.
A Jonatan Rajoy,
que me ayudó con las desgrabaciones.
A Ana Rapoport y
Laura Golbert, porque sus lecturas y sus comentarios me permitieron mejorar la
novela. A Mabel Macdonald y Vera Parisi Rapoport, porque sí.
A Florencia
Cambariere, Bárbara Graham y Guillermo Schavelzon, por confiar en mí siempre,
por apoyarme y alentarme en cada nuevo proyecto que decido empezar.
Por último,
imposible no agradecerles también a Mira Ostromogliska de Erlich y a Nusia
Stier de Gotlib, porque sin ellas me hubiera resultado imposible escribir esta novela.
Acá el booktrailer para que conozcan a Hanka. Gracias Sara D`Angelo y todo el equipo de marketing de PRH.
Acá el booktrailer para que conozcan a Hanka. Gracias Sara D`Angelo y todo el equipo de marketing de PRH.
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