Hace más de un año, cuando nos conocimos, le dije que el proceso iba a ser largo. Ella, ansiosa, levantó una ceja para decir: "tan largo? Mire que yo no tengo tanto tiempo". Después de varios meses de entrevistas, charlas, preguntas y respuestas claras, tan claras que me erizaban la piel, al fin pude sentarme a escribir su historia.
Habíamos conversado tanto que la escritura fue un placer efímero: en apenas dos meses y medio la novela ya estaba escrita. Y la sentencia también: "Fue así tal cual lo escribió usted".
Ayer fui a visitarla para entregarle el libro. Me miró, emocionada, y con picardía preguntó: "Ahora nos van a venir a buscar los alemanes?". No, Hanka, ahora nos van a venir a buscar los lectores.
Quiero darle las gracias a Hinde Pomeraniec, que me presentó a Hanka, a Willie Schavelzon y Bárbara Graham y a todos los de la agencia, a Flor Cambariere, mi querida editora, y al divino aquelarre de prensa y marketing de PRH que hizo posible esto. Y a Juan Pablo Cambariere, que siempre logra que los libros entren por los ojos con esas tapas geniales que hace. Gracias a todos.
Misión cumplida.Gracias por confiarme su historia, Hanka.
HANKA 753, Editorial Sudamericana, noviembre de 2017.
Cuánta fuerza de voluntad y valentía, gracias a ambos por dejarnos conocer esa historia. Pronto la leerè!!!
ResponderBorrarGracias, Vanesa. Un abrazo
Borrar¡Qué ansiedad!! Quiero leerla, ya!!! jajaja Seguramente nos abrirá la mente y nos acercará un poco más a aquella historia de la cual no fuimos protagonistas. ¡Felicitaciones Alejandro!
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