Cronología de un viaje impensado: El ghetto en San Juan

Hace unas semanas, primero vimos las fotos de los alumnos de la Escuela Técnica Sarmiento de la provincia de San Juan. En ellas, los chicos exhibían sus ejemplares de El ghetto de las ocho puertas, sonriendo a cámara. Con muchos de ellos tuve un hermoso intercambio a través del blog, que la familia Erlich también pudo leer y disfrutar.

Entonces aparecieron los chicos del colegio Fray Mamerto Esquiú, también de San Juan, con sus libros, sus sonrisas, sus cuadros sinópticos y sus comentarios, todos bañados por esa admiración que habían despertado Teo en ellos. Cuando él vio las fotos y los comentarios, ya no pudo más y dijo: “Me voy a San Juan a conocer a esos chicos”.

Y de pronto, Fabiana Puebla y María Isabel Paredes, las profes que dieron a leer la novela y pergeñaron todo esto, me invitaron también a mí. “Vamos los dos”, le dije a Teo. Después, todo se fue agrandando, y al fin esta noche viajamos a San Juan para conocer a los chicos, pero también a las autoridades de la comunidad judía de San Juan y a las autoridades del Ministerio de Educación, que se conmovieron con lo que el libro despertó en esos chicos con los cuales me sigo escribiendo y que, al fin, podremos conocernos mañana, y conversar sobre el libro con la presencia del personaje mas conmovedor de todos: Teo.

“Yo solo quería conocer a los chicos”, me dice Teo, riéndose, al saber que lo espera tanta gente. “El libro se nos fue de las manos”, le contesto, tan sorprendido como él.