"Olivos. Vamos por una avenida que se llama Maipú y después que
pasamos por la quinta presidencial doblamos a la derecha por la calle
Corrientes y volvemos a doblar a la derecha por la calle Córdoba. Llegamos. Es
el culo del mundo, pienso y digo qué lindo barrio. De afuera la casa parece
normal, pero si está en este barrio muy normal no debe ser. Bajamos del auto,
Romi toca timbre. Con lo fuerte que está la música no nos van a escuchar, dice
pero enseguida una señora que tiene puesto un delantal abre la puerta.
Adelante, dice y Romi me agarra la mano que no tengo lastimada y entramos.
Pasamos a un living.
Hola chicos, dice alguien y una mujer muy bien vestida nos saluda.
Él es Martín, dice Romi y yo sonrío como un estúpido. Hola, digo y la mina me
da un beso. Yo soy Silvia, la tía de Romi, dice, y él Mario, mi pareja. ¿Pareja
de qué, de truco, de paddle o de tenis?, pienso y tengo ganas de reírme pero no
me río. Es la madrina de Tamara, dice Romi. Yo no digo nada porque Romi es
hermosa y porque la tía Silvia me da una copa de champagne. En una de las
paredes hay una biblioteca llena de libros, todos del mismo color. Los miro y
Mario me dice se nota que te interesan los libros. Sí, digo, me la paso
leyendo. Romi me apreta la mano como diciendo “no seas hijo de puta”. La tía
Silvia dice la fiesta es en el parque. Sí, sí, muy lindo todo pero mejor que
haya comida, pienso.
Cruzamos toda la casa y vamos al parque que más que un parque parece
un salón de fiestas. Hay un montón de pendejos parecidos a los que van a Edén:
todos chetos, todos estúpidos. Algunas chicas están bailando. Las mujeres
siempre bailan. Escuchan cualquier música y se mueven. A mí me gusta mirarlas.
En un costado del parque hay una mesa con comida y bebida y con gente
alrededor. La música es mala.
La tía Silvia y Mario se van para otro lado. Viene una piba que es
igual a Romi pero más chiquita y antes de que diga algo le digo feliz
cumpleaños. Romi se ríe y dice ¿viste que parece mi hermana? ¿Y quién es?, digo
y la piba me dice hola, soy la prima. Entonces viene otra piba que también es
parecida pero yo no digo nada. Romi la abraza y le dice feliz cumple, Tami y
saca un regalo de la cartera y se lo da. Feliz cumpleaños, digo y la saludo.
Hola, dice y después se va con la prima. Lindas las chicas.
Nos sentamos y la señora que nos abrió la puerta trae una bandeja
con canapés y saladitos y se va y después vuelve con unas cazuelas con ravioles
con tuco. Antes de que se vaya otra vez, le pregunto de qué son los ravioles y
me río. De pollo, dice. Gracias, digo. Comemos y tomamos más champagne. Romi
sigue hermosa y yo no pienso en nada.
Después se acerca otra piba. No se parece en nada pero es la hermana
más grande de Romi, Claudia. Me saluda y me dice hoy hablamos por teléfono ¿no?
Sí, era yo, digo y pienso que con esta mina es mejor hablar por teléfono. Debe
ser adoptada, pienso y pienso qué mina fea. Claudia, la Claudia, pienso y me
acuerdo de la mujer de Maradona.
Alguien cambia la música de mierda por música buena. Beatles.
Entonces le digo a Romi vamos a bailar y bailamos y como ninguno de estos
estúpidos sabe bailar rock, los únicos que bailamos somos Romi y yo y Mario y
la tía Silvia. Todos nos miran y a mí me gusta que me miren porque Romi es
hermosa y porque sí. Cuando la canción termina, nos aplauden y Romi me da un
beso y me dice no sabía que bailabas tan bien. Linda la fiesta.
A eso de las cuatro le digo a Romi que me quiero acostar con ella.
Se ríe pero dice yo también. Saludamos a las hermanas de Romi, a la tía Silvia
y a Mario y nos vamos. Llegamos a Caballito. Romi sin decirme nada entra el
auto en un telo de Castro Barros y Rivadavia. Joya, joya, joya, pienso.
Pedimos una habitación, nos dan la llave, entramos y cogemos hasta
las seis de la mañana. A las seis y media Romi me lleva a casa. Me dice te
quiero y yo le digo sos hermosa. Me bajo del auto, cierro la puerta, camino
alrededor del auto y me paro delante de la ventanilla de Romi. La pasé joya,
digo y le doy un beso. Después se va y yo entro a casa y voy a acostarme. En el
reloj de la video, las seis cuarenta y tres AM."
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