Alejandro Parisi

Alejandro Parisi

martes, 28 de junio de 2022

Hanka 753 en el Instituto Lincoln de Hurlingham.



Hace unos meses, me escribió Adriana Pérez, profe de Literatura del Instituto Lincoln de Hurlingham, para contarme que sus alumnos de tercer año habían leído Hanka 753 y ayer finalmente pude ir a visitarlos.

Como siempre, es un honor seguir llevando el testimonio de Hanka a las escuelas, como también los de Mira y Nusia, porque el deseo de ellas tres siempre fue que los y las jóvenes conocieran sus experiencias durante el Holocausto para, así, ayudar en la lucha contra la xenofobia y el antisemitismo.

Objetivo cumplido en el Lincoln, gracias a la profe Adriana y a los chicos y chicas que leyeron la novela (en algunas casos el primer libro que leían en su vida sin querer “buscar las respuestas en google”), se emocionaron y admiraron la fuerza de nuestra querida Hanka. Charlamos mucho sobre el libro, vimos algunos videos donde la propia Hanka contaba algunas de sus anécdotas pero también pudimos hablar sobre la importancia de la lectura en general.

Después de la charla, conversando con algunos grupitos, me fueron contando que la lectura del libro los ayudó a dejar de pensar en lo que estaban viviendo, en ponerse en el lugar de Hanka, en dejar de mirar el celular porque querían seguir leyendo. Fue una de las cosas más lindas que me dijeron como autor, porque justamente para mí la literatura es eso: una ventana a otra cosa, a otro espacio y tiempo.

Y algo más. Algo que me conmovió a mí y que me dejó pensando mucho.

Uno de los cursos había leído la novela el año pasado, durante la pandemia, y entonces empezamos a hablar de las pérdidas que sufrieron los chicos por el COVID-19, la soledad que tuvieron que soportar en el encierro justo a una edad en la que uno necesita (y debe) estar acompañado por sus pares. Creo que todavía no somos conscientes de lo que vivieron y sufrieron nuestros hijos. Espero que todos puedan superarlo con el tiempo.

Agradezco infinitamente a la profe Adriana Pérez por recomendarles la lectura a sus alumnas y alumnos, pero sobre todo por darme la oportunidad de conocerlos y poder charlar con ellos.

La pasé muy bien, me dejaron pensando y encima me regalaron un mate.

Así que a mis amigas y amigos del Linconln de Hurlingham, gracias por todo.

Nos vemos el año próximo, si me invitan.

 












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