Alejandro Parisi

Alejandro Parisi

martes, 7 de mayo de 2013

Crítica de Delivery, por Carlos Gazzera de La voz del Interior (Cba)

Delivery por La voz del interior:
http://archivo.lavoz.com.ar/2002/1113/suplementos/cultura/nota129043_1.htm

Una generación que vive a fondo

Carlos Gazzera
Martín, el protagonista de esta novela, es uno de esos tantos jóvenes de clase media argentina, porteña, que han visto, en los últimos años, cómo el estudio, el trabajo honrado, el esfuerzo cotidiano nada garantizan en una sociedad en desintegración. Martín es el típico representante de una generación que se extingue, que se pierde en manos de políticos decadentes, corrompidos, para los cuales la democracia es una forma más de hacer negocios: business. No hay futuro. Sólo se puede vivir el presente, la rotunda inmediatez.

Delivery es una novela que se monta en el mundo de los repartidores de pizzas, empanadas y otros tipos de servicios de cadetería que surcan las calles de las grandes ciudades del capitalismo tardío. El delivery es otro signo de la degradada cultura posmoderna que anida en las grandes ciudades globalizadas como Buenos Aires, Rosario, Córdoba, Mendoza... Es el último de los recursos que le queda a cientos de chicos que necesitan trabajar, ganarse la vida.

Para ello se suben a un ciclomotor y aceleran, van a mil, para llegar –con la comida caliente– a los clientes que aún comen en este país, que esperan, pretenciosos, petulantes. Sin embargo, estos jóvenes están sometidos a las reglas del mercado de la calle. Muchos, quizá todos –como se sugiere en esta novela de Alejandro Parisi– sus verdaderos trabajos sean el de repartir la droga por un puñado de pesos: “Repartir merca es fácil. Cuando suena el beeper leo el mensaje con la dirección del cliente y llevo el sobrecito. Si fuera sacarina, azúcar impalpable o talco sería lo mismo. Pero no. Es merca. Merca. Entonces si me para la cana voy preso. La puta madre, pienso cada vez que suena el beeper. Encima la alarma que tiene es horrible. Hoy suena más veces que ayer”.

El relato en primera persona le da un realismo impecable a la novela. Estamos todo el tiempo frente al discurrir de la conciencia de Martín. Y como puede apreciarse, el lenguaje es directo, carente de eufemismo, hiriente. Las cosas se nombran tal como son. Es un lenguaje sintético. Con oraciones breves, donde lo sustantivo prevalece frente al adjetivo, dándole así al relato un vértigo inusual en la narrativa argentina. Sin duda, Delivery es una de las grandes novelas escritas por jóvenes argentinos. Alejandro Parisi tiene apenas 26 años y ha logrado plasmar en su escritura una marca a nivel de la lengua del relato que no es frecuente encontrar en otros escritores jóvenes.

Como Puerto apache, la reciente novela de Juan Martini, Delivery sin duda podría inscribirse en una suerte de neo naturalismo: en ella se retrata a los nuevos sujetos que viven entre la delincuencia y la legalidad, que plasman las frustraciones de sus padres para forjar un país con un futuro sustentable. Es el espacio de esos sujetos obligados a vivir a fondo, donde lo inmediato, lo instantáneo, el flash de la droga, el dinero rápido es lo único que cuenta.

Delivery es una novela conmovedora, que atrapa en una historia sencilla pero llena de intriga, que cuenta lo que siente hoy buena parte de una generación en vías de naufragio. Y entonces, vale la pena preguntarse, ¿qué hace, que hará esta sociedad para no suicidarse? Esta sociedad, que en los ‘70 perdió una generación bajo el fuego de una dictadura que impuso un esquema que aún hoy nos aplasta bajo su implacable lógica, ¿puede darse el lujo de exterminar otra generación? No hagamos de la Argentina una sociedad deliberadamente en delivery.

“Delivery”, por Alejandro Parisi, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 2002, 185 páginas.

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