Alejandro Parisi

Alejandro Parisi

lunes, 28 de marzo de 2016

"Su rostro en el tiempo", por Claudia Lorenzon, Agencia Telam.

"Su rostro en el tiempo", una historia de incesto, anclada en la Segunda Guerra Mundial

La novela de Alejandro Parisi se sumerge en Italia con una historia incestuosa entre dos hermanos, que al ser condenados a separarse debido a ese sentimiento prohibido que los liga, lucharán hasta las últimas consecuencias para defender lo que sienten.
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 En "Su rostro en el tiempo", Alejandro Parisi se sumerge en la Italia de la Segunda Guerra Mundial con una historia incestuosa entre dos hermanos, que al ser condenados a separarse debido a ese sentimiento prohibido que los liga, lucharán hasta las últimas consecuencias para defender lo que sienten.

Giuseppina y Vito integran una familia de campesinos pobres que habita en Castellamare del Golfo, una isla cercana a Sicilia, rodeada por el Mediterráneo, geografía que para el escritor imprime en sus habitantes "un sentido trágico de la vida".

Pero el mar será también el escenario propicio para que los protagonistas aseguren ese amor que sedimentó desde la infancia y que ellos sintieron como natural, pero que les valdrá la condena familiar y por ello deberán separarse.

Con la trama asentada en ese foco de tensión, la novela, publicada por Sudamericana, en la que Parisi logra mostrar con gran eficacia el terreno y las costumbres de una época, atrapará definitivamente al lector, que buscará saber cuál será el destino de los amantes.

 Y una vez separados, Giuseppina, la mujer más bella de la isla, deberá luchar contra la exigencia de su padre de contraer matrimonio con un militar adinerado para sacar de la miseria a su familia; mientras que Vito luchará desde las sombras para reencontrarse con la joven.

Autor de "El ghetto de las ocho puertas", "Un caballero en el purgatorio", "La niña y su doble", Parisi construyó en esta oportunidad una historia inspirada en la tierra de sus abuelos, adonde llegó hace algunos años, sin saber aún que escribiría esta novela.

"Desde mi infancia me gustó escuchar a mi abuela cuando hablaba de la guerra y tuve la posibilidad de viajar con ella a ese pueblo: me mostró la casa donde había vivido, el lugar donde habían puesto un cartel que decía Viva el Duce, todo eso sin saber que iba a escribir esta novela", recordó Parisi.

-Télam: La novela está ambientada en el 1900. ¿Cómo nació en vos el deseo de ubicarla en ese pasado?
-Parisi: Me fascina el siglo XX, me parece que en él se cristalizó lo mejor y lo peor de la humanidad y se sentaron las bases de las políticas sociales y económicas que tenemos hoy. El siglo XX arrancó casi sin automóviles y con telégrafo y terminamos mandando mails.
Me aburre un poco la actualidad porque uno generalmente reflexiona sobre ella, entonces cuando me siento a escribir quiero pensar en otra cosa.
Además, noto que la literatura actual argentina es "el ahora" y el diario íntimo y la verdad que cuando escribo me gusta hablar de vidas ajenas.

-T: ¿Cómo surgió la historia de amor prohibido?
-P: Hace más de 15 años que venía con la idea de escribir esta historia, sin caer en el lugar común del incesto visto desde la clase media psicoanalizada.
Para poder escribirla me imaginé a dos personas en una isla sin nada alrededor, lo cual me permitía una intimidad enorme para los personajes. Siempre me imaginé una relación natural de dos chicos que crecen juntos y que se aman y no saben bien qué es ese amor, hasta que crecen y llega la sanción desde la abuela.
Lo pensé como algo surgido naturalmente. Por eso empieza como un cuento de niños y a medida que van creciendo y se van dando cuenta de lo que les pasa, la novela se va volviendo más oscura, pero no por ellos, sino por los mensajes que les llegan de afuera.

-T: ¿Cómo fue el proceso de construcción de la obra?
-P: Me concentré en una novela chiquita y para que funcionara yo tenía que darle a la protagonista la actitud de alguien situado en 1930.
Tenía que buscar cómo haría Giuseppina para resistir el mandato familiar que castiga el amor entre los hermanos. Y lo hace trágicamente porque no tiene plata, es casi analfabeta. Tiene limitaciones, las mismas que tenían las mujeres hace un siglo atrás.

-T: Por qué Giuseppina contre voluntariamente una enfermedad que destruye su belleza?
-P: Cuando hice el viaje a Italia con mi abuela conocí a una tía tercera que tenía 103 años y piel de bebé. Mi abuela me contó que cuando era adolescente esa mujer se enfermó de viruela. A raíz de esa enfermedad quedó solterona e iba pasando de casa en casa de familiares porque no tuvo un marido que la mantuviera, no tenía recursos y quedó con una frustración muy grande. Era una injusticia que a los 103 años hubiera cambiado su piel y que las razones que la habían dejado sola hubieran desaparecido a esa edad.

-T: Las mujeres cumplen un rol muy destacado en la obra, ¿es una constante en tus libros?
-P: No, casualmente tengo seis novelas: en tres los protagonistas son varones y en tres, son mujeres.
Mi abuela era siciliana y toda la vida tuvo la cinta de capitana: adentro de la casa se hace lo que dicen las mujeres. En la novela, la división entre el espacio público y privado es hasta de género, porque si bien afuera de la casa toma las decisiones el padre, la madre de Giuseppina lo conduce de principio a fin.
El libro se sostiene en las mujeres, los personajes masculinos están hasta en tercera persona, son historias que se cuentan de los varones.
En mi familia las mujeres son muy importantes: son las que conservan la memoria, son las que crían, son las que cuentan, son las que cuidan.

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