Pasaron ya casi diez años de mi primer encuentro con Mira
Ostromogliska. En esas primeras charlas, los dos avanzábamos lentamente, sin
saber qué queríamos, o mejor dicho, sin saber si podríamos concretar nuestros
deseos. El de ella era contar su historia de sobrevivencia, el mío, poder
plasmarla en una novela que transmitiera todas las emociones que yo iba
experimentando semana a semana escuchando su relato preciso, lúcido y
memorioso.
Era una apuesta para los dos. Mira hacía un tiempo que
quería empezar a contar para dejarle el legado familiar a sus nietos, y yo
hacía siete años que no terminaba una novela. Había vuelto de vivir cuatro años
en Barcelona, sin un rumbo fijo, sin engancharme con ninguna historia, sin
contactos con editores pero, sobre todo, sin contacto con la escritura.
En esos meses de trabajo, como sería con todas las
biografías que novelé o escribí desde entonces, la relación con Mira dejó de
ser profesional para convertirse en algo que, por mi parte, se mezclaba con el
cariño, la admiración y el asombro.
Finalmente, terminé de escribirlo. Tan luchadora e
inconformista como era, Mira dijo “Vamos a ganar el Nobel con este libro”. Nos
reímos juntos, a pesar de que ni siquiera sabíamos si íbamos a publicarlo en
una editorial o hacer una edición hogareña para sus nietos.
Tapa de la primera edición (Ed. Sudamericana, 2009) |
Mira, posando para el fotógrafo de La Nación. |
Tengo muy presente una tarde de 2009, cuando toda la familia
Erlich se había reunido para posar alrededor de Mira ante las cámaras de un
fotógrafo del diario La Nación, con motivo de una nota sobre su vida. La nota
estaba pautada para más adelante, cuando saliera el libro.
Pero Mira estaba
perdiendo su batalla frente a su enfermedad, estaba débil y era probable que no
lograra llegar con vida para ver el libro en la calle. Por eso, pedí que la
nota saliera antes. Quería que, aunque fuera, Mira se viera en el diario y
comprobara que su objetivo estaba cumplido: convertir su experiencia en testimonio
para que eso, como llamaba ella al
horror del Holocausto, no volviera a pasar.
Ese día, mientras yo miraba la escena desde uno de los
sillones, fuera de cuadro, me emocioné mucho porque era un momento importante
para todos. Cuando me despedí de Mira, ella me retuvo la mano y me dijo: “Usted
es otro de mis nietos”. Como siempre que me decía cosas como esa, miré para
otro lado para que no me viera flaquear. Fue la última vez que la vi.
El sábado 13 de junio de 2009 Mira estaba acostada, y sólo
conseguía dejar de sufrir gracias a la morfina. En un momento breve de lucidez
en medio de aquella agonía, una de sus nietas le mostró la nota con su foto en
el diario. Y dicen que Mira sonrió. No podía saberlo, pero aquella nota había
conmovido a muchísimos lectores que no paraban de dejar mensajes en la versión
digital de la nota.
Mira murió pocos días más tarde, antes de que saliera el
libro que ella ya había leído y aprobado con la mejor frase que yo, como autor,
podía esperar: “Fue así como usted lo escribió”.
Tapa, edición De Bolsillo. |
Desde entonces, “El ghetto de las ocho puertas” tomó vida
propia y no deja de sorprenderme. Aquel libro que iba a ser apenas una tirada de 100 ejemplares para la familia, salió por el sello Editorial Sudamericana, tuvo cuatro reimpresiones y ahora incluso se consigue en edición de bolsillo. Se leyó en Argentina, en Alemania… y se sigue leyendo a pesar del paso
del tiempo. Gracias a las redes sociales, de vez en cuando me llegan los
comentarios de los lectores que, como yo, comparten esa emoción y esa
admiración por Mira y Edek, su compañero.
Hace un tiempo, como conté acá en el blog, me escribió
Isabel Paredes, profesora de Literatura del colegio Fray Mamerto Esquiú de la
provincia de San Juan para contarme que estaba desarrollando el siguiente
proyecto junto a la profesora de Historia, Fabiana Puebla: "Proyecto
Historia - Literatura" (Acercamiento a la Historia a través de la
Literatura.)” El libro que eligieron para descubrir una parte del siglo XX fue
“El ghetto de las ocho puertas”.
Hasta ahí, todo sorpresa. Pero las emociones empezaron a
llegar cuando entré en contacto con los chicos de 4º año de esa escuela. Los
lectores. A través del blog, pude conversar con muchos de ellos, admirados por
la vida de Mira y conmovidos por lo que contamos en el libro. Algunos, incluso,
me confesaron que este era el primer libro que leían o disfrutaban leer. Nunca
me habían dicho algo tan generoso y al mismo tiempo conmovedor.
Quiero agradecerles a todos ellos por la simpleza, el
atrevimiento desinteresado y exagerado (ese que sólo los jóvenes suelen tener),
su curiosidad y su afecto. Generalmente no expreso mis emociones, pero con
estos pibes fue imposible no emocionarme.
Además de leer el libro, escribir informes, comunicarme sus
puntos de vista y lo que sintieron en la lectura, como si eso no alcanzara para
sensibilizar a este autor, pegaron carteles en los pasillos de la escuela para
que los alumnos de los otros cursos y años supieran lo que les había pasado con
la historia de Mira.
Espero que este proyecto que llevaron adelante Isabel y
Fabiana sirva para que sus alumnos de 4º se sigan interesando en la Historia y
la Literatura, y que sus reflexiones y lecturas continúen porque son
herramientas irremplazables para entender el mundo que les toca vivir y para no
dejarse avasallar por ese mundo que puede ser bello y horrible a la vez.
Hace unos días, cuando se lo conté, el propio Teo Erlich se
emocionó y se asombró de esto que estaba pasando con los chicos del Esquiú. Es
que nunca pensamos que “El ghetto de las ocho puertas” iba tener una vida tan
larga. Tampoco que se iba a cruzar con lectores tan sensibles y afectuosos. Por
eso, a todos los chicos de 4º año del Esquiú de San Juan, y a las autoridades y
docentes, muchísimas gracias. Aunque ningún agradecimiento alcance para expresar
todo lo que me hicieron revivir estos días con sus mensajes.
Voy a ser sincera. A mí en verdad no me gusta leer y aun no
encuentro un libro que me guste y me inspire. Pero en verdad esta obra me llamo
mucho la atención y de todas las que e leído en clases esta fue la mejor.
Porque mostraba la realidad de las cosas que pasaron y como una mujer pudo
superarlo, en cambio las otras obras que leíamos en clase eran fantasiosas y
aunque eran entretenidas no me llamaban la atención. Pero El Ghetto en verdad
me gusto. Ya que pude sentir lo que Mira vivió y también las uní con los
relatos de mi abuelo sobre la segunda Guerra mundial y en verdad ahora que
pienso yo no e conocido a alguien con tanta valentía que puedo superar todo lo
que vivió, como perder a su familia y aun seguir adelante con la ayuda de su
esposo que nunca la abandono por miedo o por honor como otros que se mataban
por su honor.
Belén:
Hola Alejandro, la verdad que no hay mucho por decir porque
este libro te deja sin palabras, es increíble. Es adictivo en todo sentido, no
lo podés soltar. La historia de amor escondida de Edek y Mira dentro de este
mundo tan loco, lleno de muerte manejado por un maniático.
Lo peor de todo es cuando lo terminas, y decís "Y ahora que hago con mi vida?" Porque ¿Cómo se deja uno algo que se volvió tan adictivo? nos metemos tanto en ese mundo que después nos cuesta salir.
Espero que logremos que esto nunca jamás vuelva a suceder.
Lo peor de todo es cuando lo terminas, y decís "Y ahora que hago con mi vida?" Porque ¿Cómo se deja uno algo que se volvió tan adictivo? nos metemos tanto en ese mundo que después nos cuesta salir.
Espero que logremos que esto nunca jamás vuelva a suceder.
Candela:
Gracias a El Ghetto de las ocho puertas, aprendí lo sucedido
durante el holocausto, y me gusto mucho la historia aunque muy triste al mismo
tiempo, lo que pasaron Mira y Edek fue muy duro, y a pesar de eso pudieron
salir adelante.
Fabricio:
Me parece realmente bueno el testimonio que narra y me
sirvió para saber cosas que desconocía de la segunda guerra mundial. Y sobre
todo espero que más gente lo lea para ver todo lo que le paso a una persona
para que no vuelva a ocurrir. Espero que sigas escribiendo y contando estas
historias que muchos desconocemos.
Julieta:
La historia reatada por Mira y escrita por Alejandro fue más
que sorprendente, me quede encantada por como nosotros "Los
adolescentes" nos metíamos en esa magnífica obra EL GHETTO DE LAS OCHO
PUERTA, sin embargo es muy triste saber esa realidad que vivieron los judíos en
aquella época, su sufrimiento, su dolor, su perdidas de sus seres más queridos,
sus más profundos temores, su cruel y horrenda realidad. Por otro lado es muy
bello saber que personas como Mira y Edek pudieron sobrevivir a ese holocausto
con sus mentiras, su valor, su gran honor, por más que pasaron lo que pasaron
fueron felices con la hermosa familia que crearon.
Nacho:
Para mí el libro fue como una experiencia nueva en mi vida
cabiéndome la forma de ver y de apreciar las cosas y la vida que uno tiene .Me
dejaste una gran lección que me servirá para toda la vida, ahí que apreciar la
cosas que uno tiene en esta vida y luchar por la libertad y felicidad de uno
mismo .Muchísimas gracias por todo.
Agus:
El personaje que más me impacto fue Mira Ostromogilsky, no
solo por su inteligencia y astucia sino también por su fuerza y valentía para
afrontar las terribles situaciones que atravesó, desde muy pequeña vivió
situaciones dolorosas como la muerte de su padre y pérdida su dinero, entre
otras.
Ella tuvo que renunciar a su a su libertad y cultura, pero nunca se dio por vencida.
Ella tuvo que renunciar a su a su libertad y cultura, pero nunca se dio por vencida.
Juan Pablo:
La verdad que muy shockeado por lo que podían hacer por una
costumbre o religión con las personas.
Rocío:
Una lucha por la libertad y eso demuestra el esfuerzo de
Edek y Mira que sobrevivieron a esta cruel guerra.
Hay una frase muy linda y cierta en el libro:"tan desquiciado esta el mundo que le mundo no valía más que una letra" Edek Erlich
El libro me dejo una hermosa enseñanza y es no rendirse a pesar de las dificultades de la vida.
Hay una frase muy linda y cierta en el libro:"tan desquiciado esta el mundo que le mundo no valía más que una letra" Edek Erlich
El libro me dejo una hermosa enseñanza y es no rendirse a pesar de las dificultades de la vida.
Martina:
La verdad que no soy de leer libros pero este me conmovió,
te da a conocer que podes seguir adelante ya sea cuantos golpes te de la vida,
y que con esfuerzo y voluntad todo se puede, me alegro mucho que puedas hacer
conocer esta hermosa historia, esto hace que puedas abrir cabezas a muchas
personas que solo se fijan en una cosa y no lo que pueden estar sufriendo otros
sin importar el riesgo que pueden estar pasando
Gonza:
Soy Gonza del colegio Fray de San Juan! Primero antes que
nada quiero agradecerte de corazón por esta obra de arte, me sentí muy motivado
por leer cada palabra, cada oración, cada página, cada conflicto nuevo que
surge en el camino de Mira. Te cuento que no me conforme sólo con leer el
libro, no me resistí y busque más información sobre todo lo que paso en todos
esos años, y luego de llenarme más de conocimiento, más del conocimiento que adquirí
gracias a su libro, y me di cuenta que "El Ghetto de las Ocho
puertas" no puede describir tan bien la realidad de la época y cada
observación que cada uno de los personajes en el libro nos intenta expresar.
También me surgió como una fuente de inspiración porque mujeres como Mira no se
encuentra todos los días.
Espero que algún día nos visites para que logremos intercambiar palabras y hablar y debatir sobre varíos temas.
Muchas gracias por crear este libro y gracias por cada emoción que se despertó en mí con cada capítulo.
Espero que algún día nos visites para que logremos intercambiar palabras y hablar y debatir sobre varíos temas.
Muchas gracias por crear este libro y gracias por cada emoción que se despertó en mí con cada capítulo.
Gabriel:
Esto es algo que me impactó mucho, el leer la historia de
uno de los muchos sobrevivientes del holocausto, cuando leí como Mira pasaba
por cualquier cosa para ser libres y como los demás judíos iban pereciendo, me
sentí dentro de esta dura y fascinante historia.
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