Reseña de La Niña y su doble. Lumen, 2016.
(Publicado el 31 de enero de 2017 en el blog literario español "Viajes de una bibliófila"
Nos encontramos ante una historia real ambientada en la II Guerra Mundial.
Tengo entendido que la obra es fiel en la trama casi exactamente a los hechos.
Durante un año se estuvo entrevistando Alejandro Parisi con Nusia Stier de
Gotlib, superviviente del Holocausto, para documentarse.
Este libro me ha encantado en todos los aspectos, da gusto disfrutar tanto
de una lectura. Me lo devoré en un día, aunque es cierto que no es muy largo.
Nos situamos en la ciudad de Lwow, en la zona de Galitzia, Lwow había
pasado de pertenecer al Imperio austrohúngaro a Rusia; después, durante un
breve tiempo, a Ucrania; y por último, a Polonia que son los que están
asentados al comienzo de la novela. Como podemos imaginar, al pasar tantas
culturas por una misma ciudad en un breve periodo de tiempo los conflictos
entre los ciudadanos eran habituales.
La familia Stier es una familia judía que posee una fábrica textil. Con la
llegada de las tropas soviéticas en 1939 el padre, Rudolph, trata de mantener
su posición relacionándose con los comunistas. Pero esto deja de funcionar en
el año 1941, cuando llega el ejército alemán, pronto se estableció el gueto de
Lwow, donde todos los judíos eran obligados a vivir, desde allí Rudolph
planeará como poner a salvo a su familia. Falsifica unos papeles haciendo pasar
a su hija menor, Nusia, por una huérfana cristiana ucraniana y la manda a un
orfanato en Varsovia.
El libro es fácil de leer, está muy bien contada la trama, se nota las
tablas de guionista de Alejandro Parisi, una historia y ritmo muy dinámicos y
un estilo directo. La novela abarca casi toda la II Guerra Mundial, los años
pasan rápidos, pero los cortes en el tiempo están tan bien hechos que pasan
desapercibidos y cuando te quieres dar cuenta ha acabado la guerra.
La trama comienza fuerte y así continua hasta el final atrapando al lector.
Aunque sepamos que Nusia va a sobrevivir (pues en la contraportada del libro
vemos que en la actualidad vive en Argentina), no resta emoción a la novela, la
trama está llena de intriga, en cualquier momento pueden descubrir la identidad
de la niña, es imposible despegarse del libro.
Como personajes todos me han gustado, pero hay tres que me gustaría
destacar (más bien son cuatro). La primera, o las primeras son Nusia y Slawka,
me parece importante diferenciarlas porque, por lo que he percibido en la
lectura, son dos niñas totalmente distintas que comparten un mismo cuerpo. El
poder de actuación de Nusia cuando es Slawka acaba siendo de tal forma que
parece que desarrolla una segunda personalidad, tanto es así que a veces
podemos percibir conversaciones o puntos de vista distintos entre las dos
niñas. Nusia es una niña inteligente, un tanto pícara y descarada que todo lo
observa y quiere saber. Por el contrario Slawka es una niña tímida y callada,
devotamente cristiana, muy educada y tranquila. Nusia representa perfectamente
el papel que su padre le enseñó: callar, rezar y mentir.
También tenemos a Rudolph, padre de Nusia, que hace todo lo posible por
salvar a su familia. Ya desde antes de la ocupación alemana nos damos cuenta de
que es un hombre que sabe manejarse, es muy inteligente y se camela a quien se
propone (incluso a algún nazi), sirviéndose de sus dotes sociales e incluso de
algún soborno de vez en cuando.
Y por último cabe destacar a Claudia. Claudia es la madre adoptiva de
Slawka, la relación entre ambas es digna de mención, ya que, aunque Claudia sea
simpatizante nazi, ella de verdad quiere a su hija y se preocupa por ella, es
una buena madre; esto, crea confusión en Nusia pues aunque ame a su madre, no
puede dejar de lado lo que hacen a su pueblo. Creo que aquí es donde se produce
el punto de inflexión del desacuerdo entre Nusia y Slawka.
Por último decir que el libro es corto, y esto me alegra mucho, me alegra
porque demuestra que no hace falta que un libro tenga 600 páginas para ser
bueno. Me ha parecido un libro increíble y tiene 272 páginas, ninguna más, al
autor no le hacían falta más y a los lectores tampoco. Sin páginas de subtramas
de relleno, se ha ceñido a los hechos. Bravo.
Vamos, que no os podéis perder el testimonio de Nusia. Me acuerdo hace unos años que fui a visitar el campo de exterminio de Auschwitz y me dijeron que el motivo por el que enseñaban el campo era para concienciar a la gente, para que esto no volviese a pasar jamás, yo me sorprendí porque pensé “¿Cómo se va a repetir está barbarie? No estamos locos”, pero luego caí en que ya pasó una vez y sigue pasando en otros lugares, así que tal vez sí que estuviésemos así de locos. Ahora creo sinceramente que es importante conocer estas historias del holocausto, crear conciencia para que podamos vivir en una sociedad donde nos respetemos los unos a los otros.
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