Llamo a Hanka para contarle las novedades que van surgiendo
por la inminente publicación de mi novela, de su novela.
- ¿Cómo anda, Hanka?
- Bien, pero no sabe lo que me pasó.
- ¿Qué le pasó?
- En la cena de Iom Kipur, empecé a sentir que algo se me movía dentro del cuerpo. Era como si estuviera embarazada otra vez.
- ¿Y qué pasó?
Se ríe.
- Una estupidez. Se me desprendió el marcapasos.
Silencio.
- ¿Y ahora cómo está? ¿Se siente bien?
- Sí, me durmieron, me abrieron y volvieron a ponerlo en su lugar. Hay cosas peores. Cuénteme, ¿cómo venimos con el libro?
Entonces le cuento los planes y el apoyo de la editorial
para promocionarlo, las invitaciones que tenemos para presentarlo en distintos
lugares, bastante preocupado, sin dejar de pensar en lo que me contó esta vez. Aunque,
ahora que lo pienso, si sobrevivió a tantas cosas, ¿cómo no se va a reír de un
marcapasos rebelde?
En noviembre, HANKA 753, por Editorial Sudamericana.
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