Alejandro Parisi
miércoles, 4 de julio de 2018
Queremos tanto a Eduardo Mendoza.
Cuando llegamos a Barcelona, en la prehistoria de aquel 2002, leí una de las mejores novelas que tengo en la biblioteca: La ciudad de los prodigios. Desde entonces, lo admiré. Por su humor, por lo bien que escribe... Esta semana empecé a leer El año del diluvio. Los dos primeros días me preguntaba ¿va a pasar algo con este cacique del vallés y la monja? ¿Por qué lo estoy leyendo? Hoy entendí: porque me gusta. Porque escribe bien. Porque cuenta a Catalunya mejor que muchos que escriben en catalán. Por eso queremos tanto a Eduardo Mendoza, y añoramos a Onofre Bouvila.
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