Ayer tuve la suerte de visitar el Colegio San Cayetano, en Liniers, para conocer a mas lectores de Hanka 753: los alumnos de segundo año de Humanidades, segundo año de Economía y otros chicos y chicas de distintos años que participan del taller literario que brinda la profe Irina.
Siempre es lindo conocer y conversar con los lectores. Pero si tengo que elegir, prefiero a los jóvenes como estos, que no esconden nada, que preguntan lo que quieren sin el filtro engañoso de la madurez. Te obligan a pensar y te dedican un trato tan pero tan amable que de a ratos te hacen sentir mas de lo que en realidad sos.
Y los pibes del San Cayetano hicieron todo eso, y más. Me esperaban con los ojos bien abiertos, sus listados de preguntas y los ejemplares y/o las fotocopias para que se los dedicara.
Conversamos sobre mis primeros pasos como autor, sobre las decisiones que tomé a la hora de escribir la novela, les conté mis impresiones durante el año que la entrevisté a Hanka y, también, del gran error que cometí durante la secundaria al no ocupar el tiempo libre, o parte de ese tiempo, con la lectura. Por las preguntas, me di cuenta de que varios y varias disfrutan la lectura, que algunos escriben, pero que todos, todos, tenían ese interés que pocas veces se les reconoce a los jóvenes. Me trataron realmente bien, más que bien, me llenaron de regalitos, selfies y risas e incluso cuestionaron que fuera hincha de Boca.
Una de las chicas, que había olvidado su libro, hizo un dibujo sobre el tema para que pudiera firmárselo. Algunos habían compartido la lectura con sus padres, y me pidieron que se los dedicara tambien a ellos. Si bien nos reunimos para charlar sobre Hanka 753, algunos de ellos habían ido más allá y se habían soltado a leer también el Ghetto de las Ocho Puertas y La niña y su doble.
Sinceramente, a todos ellos, muchas gracias. Como digo siempre: uno escribe solo y después los lectores rompen ese hermetismo con su lectura y sus interpretaciones. Sin eso, la escritura es apenas un ejercicio egoísta sobre el teclado.
Con las profes Irina Silva, Nazarena Garritano y Verónica Virdó. |
Acá, las fotos y algunos de los comentarios que los chicos hicieron sobre la novela.
Gracias a todo el San Cayetano.
"Me hubiese gustado que todo lo que leía fuera una historia de ciencia ficción,
pero me decía a mí mismo que esto pasó...
gracias a Hanka que tuvo el corje para contar su historia", R.H.
"Yo, al terminar de leer la novela, me sentí libre, de alguna manera", Sh. E.
"El libro muestra el valor de las cosas pequeñas, como un libro con imágenes
de ardillas voladoras o un pedazo de pan duro", D. A.
"Lo que pasa en el libro nos afecta porque los personajes nos dan
tristeza o felicidad, nos encariñamos con ellos y no queremos
que les pase nada", L.V.
"Si bien la trama es, de por sí, triste, hay pequeños momentos en donde la protagonista
comparte con sus seres queridos demostrando que la familia es
lo más fuerte que puede haber, una especie de fortaleza", LC. V.C.
"Recomiendo este libro por el hecho de que leer la historia de vida de una persona
que vivió el infierno en carne propia es algo que te mueve el interior y te hace
tomar conciencia de lo que puede provocar el odio en el mundo", L. G.
"Creo que el mensaje que te deja la novela es que siempre puede haber
una manera de seguir adelante", N.S.
Me emociona tu experiencia, y escuchar a los chicos.. quiero mucho a San Cayetano (hice una suplencia hace un tiempo atrás), las docentes como Irina y Veronica son de un compromiso impresionante! Desde aquella suplencia seguimos vinculadas y compartiendo esta temática que no hay que callar!. Feliz con vos Ale y con Irina y Vero! Felicitaciones por lo que han generado en los chicos! Se lo llevarán toda la vida!
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