Alejandro Parisi

Alejandro Parisi

jueves, 31 de julio de 2025

San Juan, 2025.



En 2017, junto a Teo Erlich viajamos a San Juan para visitar y charlar con unos alumnos que habían leído y estudiado El ghetto de las ocho puertas. Para los me conocen, saben que aquel fue un viaje emblemático porque pude compartir con Teo todas las emociones que su historia, y la de Mira y Edek, habían generado en aquellos chicos.

Pasaron ocho años, Teo ya no está con nosotros, pero su historia no dejé de leerse entre los chicos y chicas sanjuaninos. Cada año, como una ceremonia, voy a visitarlos gracias al inmenso trabajo que llevan adelante las profes María Isabel, Fabi, Dani y Agus, que han llevado mis tres libros del Holocausto cada vez a más escuelas, a mas lectores. Poco a poco, las charlas fueron creciendo en número.
Este año, como siempre, voy a ir a San Juan a fines de septiembre a charlar con las nuevas camadas que leyeron El ghetto de las ocho puertas, La niña y su doble y Hanka 753. Me esperan 600 alumnos y esas profes que laburan sin descanso por la memoria. Y un detalle que me emociona: Mica (nuestra protegida), que era alumna cuando viajamos por primera vez a San Juan en 2017, va a llevar a sus propios alumnos, ya que ahora es profe de literatura.
Y pensar que con Teo pensábamos imprimir 100 copias anilladas de El ghetto para que lo leyeran sus familiares y amigos, nada más. Como le dije aquella tarde de 2017 en San Juan, mientras él reía feliz de poder contar su historia y yo lloraba como un idiota de la emoción, "claramente esto se nos fue de las manos".



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