Alejandro Parisi

Alejandro Parisi

jueves, 10 de marzo de 2016

"Su rostro en el tiempo". Fragmento: el lavadero.






"Un día, después de pagarles a las mujeres que le lavaban la ropa, su abuela se acercó a la cama de Rosalía y dijo:

­  --   Esta niña ya puede lavar. No hace falta pagarle a las mujeres, que maltratan la tela y nos cobran el jabón que no usan.

Así fue que a la mañana siguiente Giuseppina se unió al grupo de mujeres que se dirigían al lavadero. Allí dentro, alrededor del fregadero, se arrodilló como lo hicieron las demás mujeres sobre el ruedo de sus vestidos, para no lastimarse las rodillas, y comenzó a fregar la ropa con unas piedras pulidas. Las mujeres la miraban con curiosidad.

Una dijo:

-     Siempre tan bella

-     La princesa de la isla –se burló otra pellizcándole las caderas.

En su rostro, Giuseppina sintió el calor de la vergüenza. Las mujeres comenzaron a reír.

-     Cuando vivas en un palacio, ¿te acordarás de nosotras?

Giuseppina pasó largas horas inclinada alrededor del fregadero que se llenaba con el agua fresca de una fuente que había al otro lado de la pared. Las mujeres hablaban por sobre el sonido del agua que caía en la fuente; se divertían burlándose unas de otras, comentando los secretos del pueblo y las noticias que llegaban de Roma.

Aunque le temblasen las rodillas al incorporarse; aunque apenas lograra soportar el peso de la ropa mojada que debía llevar a la casa; aunque luego sintiera un dolor horrible al final de la espalda, a Giuseppina le gustaba ir al lavadero. Allí sólo entraban las mujeres, y eso significaba que ella había dejado de ser una niña.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario