Agradezco a Manuela por tan generosa reseña publicada por el Blog: Entre mis libros y yo: LINK
“La
niña y su doble” es la historia real de
Nusia Stier de Gotlib, quien siendo tan solo una niña vio cómo su infancia
tranquila y feliz, en el seno de una acomodada familia judía, saltaba por los
aires cuando el ejército nazi entró en 1941 en Lwow, la ciudad polaca en la que
residían, provocando así la retirada de las tropas rusas que habían ocupado la
ciudad en 1939 y con quienes la familia Stier mantenía muy buenas relaciones.
Tras la ocupación nazi y el establecimiento del gueto,
los Stier intentaron por todos los medios escapar de la ciudad y la solución
que se encontró para la pequeña Nusia fue enviarla a un orfanato en Varsovia,
con una nueva identidad y con un disfraz perfecto, el de una pequeña católica
que terminará siendo adoptada por un matrimonio ucraniano, él militar retirado
e importante colaborador nazi. El escondite de Nusia, entre sus enemigos
reales, no puede ser más adecuado.
Comienza
así la dualidad de una niña que
sorprende por su fortaleza y su valentía a pesar de su corta edad. Por un
lado es Slawa, una niña católica devota que es mimada por su madre adoptiva y,
por otro lado, sigue siendo Nusia, la niña judía que hace todo lo posible por
seguir en contacto con su verdadera familia, aunque para ello tenga que correr
más de un riesgo. Una dicotomía que se acentúa cuando con el trascurso del
tiempo se va sintiendo cada vez más cercana a Claudia, su madre adoptiva, que
la trata con verdadero cariño y que para ella no representa realmente al
enemigo, sino a la persona que día tras día la mima y la quiere. Claudia,
aunque no deja de tener un papel secundario en la novela, es uno de los
personajes que más me han gustado en esta historia y con los que he vivido
algunos de los momentos más emotivos del libro.
Nusia Stier |
Alejandro
Parisi, con un estilo directo y ágil, nos ofrece el relato de una infancia que condicionó y formó a la adulta que Nusia
Stier es hoy. Unos años en los que, como le recomendó su padre, callar, rezar y mentir son las claves para
sobrevivir entre los millones de muertos que se cobró el Holocausto. Con una prosa cruda y desprovista de artificio
alguno, nos cuenta esta historia real mientras traslada al lector no solo
esa dualidad en la que vive Nusia, sino que la tensión traspasa las páginas
mientras que la lucha contra el miedo y contra las circunstancias más adversas
es puesta de relieve en una novela llena
de momentos emotivos y desgarradores en los que el autor no se recrea. Como
ejemplo valga una respuesta recurrente de la pequeña Nusia, convertida ya en
huérfana ucraniana, quien al ser preguntada en varias ocasiones cómo es posible
que una huérfana tenga vestidos tan caros y bonitos, siempre responde que se
los robó a unos judíos, respuesta por la que, invariablemente, es felicitada.
Es con la sencillez de frases de ese tipo con los que el autor consigue sacudir el corazón del lector y hacerle partícipe de
la dureza y el dolor de unos años en los que una niña debe olvidar quién es
para lograr sobrevivir.
El
ritmo y la tensión narrativa crecen conforme avanzamos en una novela que atrapa con su sencillez y su crudeza, dos aspectos
que aunque puedan parecer incompatibles se tornan complementarios en una
lectura que va más allá de la típica historia de judíos y Segunda Guerra
Mundial, no solo porque se trata de una historia real que no se centra en el conflicto bélico en sí mismo, sino porque hace
hincapié en las emociones y las
renuncias de una niña cuya fuerza traspasa las páginas y que conquista al
lector desde su inicio hasta llegar a un final que me emocionó profundamente.
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