Hace unos años me hicieron entender que debía compensar mi
ostracismo social con algo que me mantuviera en contacto con los lectores y
amigos. Las opciones eran varias: stand up, andar desnudo por la calle,
coordinar mesas de debate sobre la novela china de la primera década del siglo
X antes de Cristo… Pero conozco mis limitaciones: me gusta más escribir que
hablar. Así que decidí abrir este blog que, como quien no quiere la cosa, hoy alcanzó
las 30.000 visitas. Gracias a todos por leer las reseñas, mis textos, mis
lecturas escritas y todo lo que se me va ocurriendo poner en este Lugar más
alejado que, por suerte, está lleno de gente.
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