Lo prometido: las fotos de la presentación. La mayoría, cortesía de Tif. Las demás, y se irán agregando, son las que me van mandando los amigos y lectores que compartieron ese momento con Hanka y conmigo. Gracias a todos.
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Hanka, la reina de la noche, hipnotizando a todos con su voz. |
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El autor y su personaje, y esa complicidad que supimos lograr. |
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Martina y Adrián Grzmot, nieta e hijo de Hanka. Y detrás, con bigotes y lentes, medio escondido, tan conmovido como yo cuando lo vi llegar, mi queridísimo Teo Erlich, el niño de El ghetto de las ocho puertas. |
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Mucha gente. Gracias a todos por venir. |
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De derecha a izquierda: Jonathan Karszenbaum, director del Museo del Holocausto; Susana Luterstein, presidenta de Sherit Hapleitá y miembro de Generaciones de la Shoa en Argentina; Héctor Shalom, director de Casa Ana Frank; Hanka; y en un costado, casi cayéndome de la mesa, yo. |
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Dedicando libros. |
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Vera, los ojos más lindos del mundo. Y la madre, tan emocionada. |
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Obra cumbre, mi hijo Dante. Y mi madre, que lloró desde que entró hasta que se fue. |
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Gladys, que se vino desde Córdoba, y Rita, Mimi, Celia, Sara, las queridas viajeras de mi querida amiga Graciela Jinich. |
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Fede Yañez, que vino a acompañarnos y nos dimos cuenta de que tenemos el mismo fondo de pantalla de celular. |
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Leyendo, tratando de no emocionarme demasiado. Detrás, Jezabel, del Centro Ana Frank, que tanto me ayudó para que todo saliera tan bien. |
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El auotr, o lo que quedaba de él a esa altura de la noche. |
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