Hace un tiempo, en este blog, les contamos que los alumnos del colegio Fray Mamerto Esquiú de la provincia de San Juan nos habían emocionado con su lectura de El ghetto de las ocho puertas, y el trabajo que realizaron transversalmente, conociendo el Siglo XX a partir del relato de Mira, gracias al proyecto diseñado y llevado adelante por las queridas profesoras María Isabel Paredes (literatura) y Fabiana Puebla (historia).
Ayer, nos avisaron que los chicos, las profes y la escuela habían sido invitados por AMIA a participar del acto en conmemoración del Levantamiento del ghetto de Varsovia y el 70º aniversario de la fundación del Estado de Israel. El acto fue en el mismo lugar que visitamos con Teo Erlich y esos mismos chicos hace ya unos meses: el impresionante monumento que el artista sanjuanino Mario Pérez creó para recordar a quienes se levantaron contra el régimen nazi en Varsovia.
A diferencia de los hechos aberrantes que ayer ocurrieron en Israel y Palestina con motivo del traslado de la embajada de EEUU a Jerusalem, que dejó 41 nuevos muertos y que condenamos, allá, en San Juan, los chicos del Esquiú volvieron a emocionarnos con una sola frase que, lo sé, hubiera llenado de orgullo a Mira y que a mí me deja la tranquilidad de saber que el mensaje que quisimos dar con el libro llegó a buen puerto: "a pesar de las diferencias, todos sangramos igual".
A ellos, a las profes, y a AMIA, el agradecimiento de siempre y, ahora, también mi admiración.
Acá les dejo el video que grabó María Isabel Paredes, con las palabras de Fabiana Puebla y los alumnos.
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