Hace unos
años, me contactaron dos docentes de la capital de la provincia de San Juan
para contarme que estaban leyendo “El ghetto de las ocho puertas” con sus
alumnos. No era la primera vez que recibía una noticia de esa índole, pero
aquella vez me sorprendió porque tanto Fabiana Puebla y María Isabel Paredes,
las docentes, trabajaban la novela integralmente, desde Literatura e Historia,
para analizar con sus alumnos del Fray Mamerto Esquiú y la Escuela Industrial
el siglo XX y, particularmente, el Holocausto.
Este blog
nos permitió hacer intercambios de fotos, de comentarios y pareceres con muchos
de los alumnos que había leído la historia de Mira y Edeck Erlich.
Al año
siguiente, la experiencia se repitió. Esa vez, el intercambio con los chicos y
chicas de San Juan fue mucho más fluido, tanto fue así que, emocionado, Teo
Erlich, uno de los protagonistas de la novela, me llamó y me dijo “Me voy a San
Juan. Quiero conocer a los pibes”. Allá fuimos los dos, y nos recibieron como
nunca antes nadie nos había recibido. Alumnos y alumnas, docentes, monjas,
directivos y hasta el ministro de educación de la provincia nos dieron la
bienvenida. Dimos charlas, nos emocionamos y pudimos compartir un almuerzo en
la Sociedad Israelita de San Juan, al cual también fueron Fabiana y María
Isabel.
De esa
experiencia me quedó la admiración por este par de profesoras que buscaron una
manera distinta de explicar el Holocausto a través de dos materias que, a mi
parecer, siempre estuvieron relacionadas, como Historia y Literatura.
Hace unos
días, me escribieron para contarme que Víctor Kovalsky y los integrantes de la
Sociedad Israelita de San Juan y la filial DAIA de la provincia, habían
propuesto el proyecto “Testimonios transformadores de conciencias: Memorias del
Holocausto” que ellas llevan adelante año tras año para participar de la 9ª
edición de los Premios DAIA-Banco Galicia 2019. Un premio que se otorga
anualmente a personas u organismos que contribuyen al desarrollo y enseñanza de
temas dedicados a la memoria del Holocausto, la diversidad cultural e inclusión
social en la lucha contra toda discriminación. Por suerte, el jurado entendió
lo importante que es el trabajo de Fabiana y María Isabel, y quedaron
seleccionadas para recibir un premio que se va a entregar la semana próxima.
Pocas veces
me sentí parte de algo tan lindo como esto, y creo que este premio, ganen o no,
ya lo están disfrutando desde hace unos años al ver el compromiso de sus
alumnos y alumnas con el tema del Holocausto y la lucha contra toda discriminación.
Porque, como decía Mira, el motivo de su novela era que nadie viviera lo que a
ella le tocó vivir. Y eso no se logra con grandes discursos, sino con el
trabajo de hormiga que estas sanjuaninas vienen haciendo desde 2016.
Estamos
acostumbrados a oír siempre la misma falacia: que los docentes no trabajan, que
eligen el camino más corto. ES MENTIRA. Como padre que manda su hijo a la
escuela pública, como autor de novelas que, así como en San Juan, también se dan
a leer en otras escuelas del país, sé los malabares que hacen los docentes para
atrapar la atención de sus alumnos y alumnas, para empujarlos a aprender sin
contar con todos los recursos necesarios, pero con una dedicación inalterable.
Tan
generosas son Fabiana y María Isabel, que este año van a leer la trilogía
completa. A Mira, la protagonista de “El guetto de las ocho puertas”, se van a
sumar Nusia y Slawka, de “La niña y su doble”, y Hanka, de “Hanka 753”. Y van
por más: ya no sólo van a encarar el tema desde Historia y Literatura, sino que
también se van a sumar los docentes de Química y Biología Celular, especialidades
en las que los alumnos van a analizar desde la ciencia los estragos biológicos
que causaban las cámaras de gas y los tormentos de las pruebas de nuevos
medicamentos que los nazis les aplicaban a los judíos, utilizados como
conejillos de indias. Por eso, este año el proyecto cambia de nombre: “MEMORIAS DEL HOLOCUSTO: UN ABORDAJE
MULITIDISCIPLINARIO E INTEGRADOR”.
A mis amigas y amigos de San Juan, siempre gracias.
Por el compromiso, por las lecturas.
Y a María Isabel Paredes y Fabiana Puebla, el
agradecimiento y la admiración de siempre. Ahí estaremos la semana que viene,
acompañándolas en las sombras, alegrándonos con ellas por este reconocimiento
tan merecido.
¡Gracias, gracias, graciassssss!!!! Hemos sido parte de un gran engranaje, en donde cada uno desde su lugar, dio el aporte justo para un funcionamiento excelente. Vos, Ale, y Teo nos sostuvieron, acompañaron y acompañan para que la siembra en los jóvenes de la toma de conciencia por el respeto de los derechos humanos no sean sólo expresiones de deseo, sino un compromiso cotidiano. Honradas que podamos estar juntos en este reconocimiento. Abrazos gigantes!
ResponderBorrarSomos un equipo, pero este gol lo metieron ustedes. Felicitaciones!
BorrarMil gracias por tus palabras! Y por tus libros!!!! Sin ellos no tendríamos el material justo para que nuestros alumnos se comprometan con historias tan conmovedoras y aporten sus ganas y juventud a hacer mejor el mundo.
ResponderBorrarLos libros pueden quedar en el olvido. Resisten solo gracias a los lectores o a gente como uds! Felicitaciones!
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